Las escaleras
manuales se han convertido en elementos casi imprescindibles de nuestro entorno
laboral y doméstico. Hoy en día, es difícil imaginar una empresa, un taller o
un casa que no disponga de una escalera para efectuar reparaciones, almacenar
productos o pintar una pared.
Los trabajos que requieren
la ayuda de una escalera son muchos y diversificados y el número de accidentes
que se producen durante su utilización es muy elevado. El riesgo más frecuente,
y típico, es el de las caídas debidas a diversas causas: deslizamiento de la
escalera (apoyo precario, suelo en pendiente, viento, etc.); pérdida de
equilibrio (resbalones, gestos bruscos originados por el transporte de cargas
pesadas o el manejo de herramientas); y rotura de elementos de la escalera (cadena
de seguridad, peldaños, etc.).
La mayoría de estos
accidentes son evitables extremando el uso adecuado de las escaleras y también
su buen estado de conservación. A continuación, resumimos un conjunto de normas
básicas que pueden ayudarnos a seguir estas últimas recomendaciones.
NORMAS BÁSICAS
1. Utilizar las
escaleras de mano siguiendo siempre las indicaciones y limitaciones del
fabricante. No se emplearán escaleras de más de cinco metros de longitud cuya
resistencia no esté garantizada y está prohibido el uso de escaleras de mano de
construcción improvisada.
2. Considerar siempre
el trabajo que hay que hacer antes de utilizar una escalera. Cuando haya que
acceder con frecuencia a un lugar determinado, es mejor emplear una escala o
escalera fija. Para trabajos que precisen esfuerzos y el uso de las dos manos,
o que deban realizarse en condiciones climáticas desfavorables (viento,
visibilidad reducida, vibraciones, etc.), deben sustituirse las escaleras por
andamios, plataformas móviles o plataformas motorizadas.
3. Asegurar la
estabilidad de la escalera antes de usarla. La base deberá quedar sólidamente
asentada y no se colocará sobre elementos inestables o móviles como cajas, bidones,
etc. En el caso de las escaleras simples, si es necesario, la parte superior se
sujetará al lugar sobre el que se apoya.
4. Emplear zapatas
(elementos que permiten una mayor adherencia en los puntos de apoyo de la
escalera), abrazaderas o ganchos que aumenten la estabilidad de la escalera en función
del tipo de suelo o de la operación que deba realizarse. En superficies muy
lisas, como el mármol o el vidrio, se recurrirá a las zapatas antideslizantes
y, si el suelo está inclinado, se usarán zapatas ajustables de forma que los
travesaños queden en posición horizontal.
5. Colocar la escalera
formando un ángulo aproximado de 75 grados con la horizontal: una inclinación más
vertical puede favorecer que la escalera bascule hacia atrás. En lugares elevados,
los largueros sobrepasarán al menos un metro los puntos superiores de apoyo.
Igualmente, hay que inspeccionar los lugares de apoyo para evitar contactos con
cables eléctricos, tuberías, etc.
6. Asegurarse, antes
de acceder a la escalera, de que tanto los peldaños como el calzado están
limpios de grasa o sustancias deslizantes.
7. Ascender, descender
y trabajar de frente a la escalera. Si se realizan trabajos a más de 3,5 metros
de altura que requieran esfuerzos peligrosos para la estabilidad del trabajador,
la ley obliga a utilizar un cinturón de seguridad; sin embargo, es aconsejable
que a partir de los dos metros también se use.
Está prohibido el
transporte y manipulación de cargas, por o desde escaleras, cuando su peso o
dimensiones puedan comprometer la seguridad de la persona que trabaja (se
recomiendan cargas inferiores a 25 kilos). No se debe subir por encima del
tercer peldaño, contando desde arriba.
8. Poner en una bolsa
sujeta a la escalera, o colgada del hombro de la persona que use la escalera,
las herramientas o materiales que se necesiten para trabajar. Nunca se deben
dejar sobre los peldaños.
9. Impedir el paso de
personas por debajo de una escalera. Igualmente, no se utilizarán por dos o más
personas simultáneamente y no se moverá la escalera cuando alguien esté
trabajando sobre ella. En las que son de tijera, hay que mantener completamente
extendido el tensor de seguridad, no pasar de un lado a otro por la parte
superior y tampoco trabajar a “caballo” sobre ella.
10. Revisar las
escaleras periódicamente y también siempre antes de su utilización. Deben estar
limpias de grasa o cualquier otra sustancia deslizante. También hay que
comprobar el buen estado de los peldaños, largueros, zapatas, abrazaderas, etc.
Si se encuentra algún defecto de seguridad, se pondrán las escaleras fuera de
servicio y se colocará un letrero de prohibición de su uso hasta que sean
reparadas o sustituidas.
Está prohibida la
utilización de escaleras de madera pintadas, por la dificultad que ello supone
para la detección de posibles defectos.
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